Santa Ana la Real es un pequeño pueblo enclavado en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la Sierra Morena onubense.
La localidad se compone de un núcleo principal de población y tres aldeas: la Corte, la Presa y Fuente del Oro.
El entorno natural que actualmente podemos observar es el resultado de la interacción del ser humano con el medio a lo largo de los siglos, una interacción respetuosa que ha dado lugar a la dehesa, un ecosistema único de gran valor ecológico y que es el mayoritariamente representado en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Antaño, cuando la presencia humana en estas tierras era muy poco significativa, o incluso antes de que estas sierras fueran colonizadas por nuestros antepasados, la cobertura vegetal de la sierra era mucho más densa, formando un bosque cerrado de encinas, alcornoques y quejigos fundamentalmente, acompañados de un amplio elenco de arbustos mediterráneos que lo harían casi impenetrable. Se trataba de un bosque mediterráneo climácico adaptado a las condiciones edáficas y climáticas del medio, del que podemos encontrar numerosos vestigios en el Parque.
El ser humano adaptó ese bosque original a sus necesidades, lo aclaró creando dehesas para el aprovechamiento ganadero, introdujo nuevas especies arbóreas como el castaño y el olivo (y el pino mucho más recientemente), creó huertas y plantó frutales en vegas fértiles; en definitiva, todo este proceso de humanización del medio a lo largo de los siglos ha modificado el entorno natural hasta llegar a lo que hoy en día podemos definir como un medio natural humanizado, variado, sostenible y respetuoso con la vida silvestre.
Condiciones climáticas.
El clima de toda la comarca es el denominado genéricamente clima mediterráneo, caracterizado por veranos secos y calurosos e inviernos frescos y lluviosos, con las precipitaciones más significativas concentradas entre octubre y abril, siendo generalmente diciembre el mes más lluvioso y julio el más seco. No obstante, el relieve y su ubicación no demasiado lejos del atlántico le confieren a estas sierras una abundante pluviosidad, que distingue su clima como mediterráneo subhúmedo..
Si bien la estación meteorológica más cercana a Santa Ana es la de Alájar, dada su proximidad, los datos de la misma son perfectamente extrapolables. De esos datos correspondientes al periodo 1961-2011 se extrae una media de precipitación de 1.203,95 litros/m2 y año (superior a la media de ciudades del norte como La Coruña o Bilbao), destacando como valores extremos los 1.943,70 litros del año hidrológico 2000-2001 y los tan solo 312,80 litros del año 2004-2005.
Otros puntos de la sierra superan como media los 1.500 litros de lluvia al año.
En cuanto a las temperaturas la media en Santa Ana la Real es de 15,7ºC.
Condiciones edáficas.
Los terrenos del término de Santa Ana la Real son mayoritariamente pobres y ligeramente ácidos, formados por pizarras y esquistos, si bien existen también afloramientos calcáreos. El tipo de suelo, silíceo o calcáreo, es determinante en relación con algunas especies vegetales que se pueden observar. Así, siempre que observemos la presencia de brezos (Erica sp.) sabremos que nos hallamos en terrenos silíceos, mientras que si vemos jaras blancas (Cistus albidus) o peonias (Peonia broteroi) nos encontraremos en terrenos calcáreos.
Medio natural.
La concurrencia de unas condiciones climáticas bastante húmedas, a pesar de los calurosos y secos veranos, permitieron el desarrollo de un bosque mediterráneo exuberante y rico, dominado hoy por el alcornoque (Quercus suber) y la encina (Quercus rotundifolia), pero en el que seguramente en el pasado tuvo mucha mayor presencia el quejigo (Quercus faginea) que debido a su menor interés para el ser humano ha quedado restringido a barrancos y límites de fincas. También es de destacar la presencia en el término de Santa de otras dos especies de Quercus, la coscoja (Quercus coccínea) y el poco conocido robledillo (Quercus fruticosa) de apenas un metro de altura y que se halla presente en algunas cumbres. En otras áreas del Parque podemos encontrar también el roble melojo (Quercus pyrenaica), que antiguamente ocupó gran parte de los terrenos de los actuales castañares y el roble andaluz (Quercus canariensis). Podemos ver, pues, que en un área relativamente reducida el género Quercus está representado por nada menos que siete especies diferentes.
La concurrencia de un medio natural privilegiado con un entorno humano que ha sabido adaptarse a él y adaptarlo con respeto a sus necesidades, hace del término de Santa Ana la Real y zonas circundantes un marco idóneo para disfrutar del senderismo y la naturaleza.
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