miércoles, 23 de enero de 2013

Jaras, jarillas y jaguarzos en Santa Ana la Real


Jaras, jarillas y jaguarzos en Santa Ana la Real.

La gran diversidad botánica de la región mediterránea es debida en gran parte a la alternancia en el Cuaternario de épocas glaciares e interglaciares, así como a la herencia recibida del cálido y húmedo Terciario. Como consecuencia de ello, hoy coexisten especies de origen subtropical con otras de origen boreal, que encontraron refugio en nuestras tierras durante las épocas glaciares que helaron el resto de Europa. Por otra parte, existen familias que evolucionaron ya en un clima propiamente mediterráneo. Tal es el caso de las cistáceas.
Cistus albidus
Cistus salvifolius
Tuberaria lignosa




















Las cistáceas representan, sin duda, una de las familias de plantas más  características de la vegetación mediterránea. La familia está formada por unas doscientas especies, con distribución en zonas templadas del hemisferio norte,  pero mayoritariamente en zonas mediterráneas. Pueden ser arbustos, matas o hierbas, pero se caracterizan todas por sus flores hermafroditas con cinco pétalos, tres o cinco sépalos, numerosos estambres y tres, cinco, ocho o diez carpelos, dando lugar a frutos en forma de cápsula dehiscente dura que alberga en su interior gran numero de pequeñas semillas.
La cistácea más conocida, y también una de las mas abundantes en nuestra zona, es la jara pringosa (Cistus ladanifer), muy extendida en terrenos silíceos, pedregosos y con poco arbolado. Además de heliófilas, son plantas pirófitas, que invaden terrenos quemados, y segregan una sustancia pringosa, el láudano, con propiedades medicinales y usado también en perfumería. Sus flores son grandes, de hasta diez centímetros, blancas con una mancha púrpura en la base de cada pétalo.
Cistus ladanifer

Otra jara también abundante en la zona, y que también prefiere suelos silíceos, es el Cistus populifolius, igualmente de flores blancas, aunque más pequeñas, y de grandes hojas acorazonadas.
En zonas más umbrías, bajo el arbolado, se da el Cistus salvifolius, de pequeñas hojas redondeadas y flores blancas, y el Cistus crispus,  pequeña matilla de hojas rizadas y flores rosas fucsia.
Otra de las jaras comunes en la zona, aunque menos exigente en cuanto a exposición al sol, es el Cistus monspeliensis, también de flores blancas, pero con las hojas estrechas y alargadas.


Cistus crispus
 La ultima de las grandes jaras presente en el término es el Cistus albidus o jara blanca.   Esta jara de hojas blanquecinas, vellosas y suaves, es menos frecuente que las anteriores en el término de Santa Ana porque requiere terrenos calcáreos, siendo predominantes en el término los terrenos ácidos. No obstante, en las zonas donde existen afloramientos calizos (Castillejo, Negrillo, ...) es frecuente, dando un toque de color rosa con sus flores en primavera.

Cistus salvifolius

Por último, cabe citar la presencia de tres pequeñas cistáceas de flores amarillas presentes en terrenos silíceos pedregosos: el Hallimum ocymoides, de nombre común quirola o alacayuela, con pequeñas hojillas blanquecinas; la Tuberaria lignosa, pequeña mata de hojas rastreras redondeadas y pequeñas flores amarillas con largos pedúnculos; y la anual Tuberaria guttata, con la base de los pétalos manchados de marrón púrpura.
Hallimium ocymoides

No hay comentarios:

Publicar un comentario